domingo, 11 de enero de 2015

Esther Cresci- Una pionera de la educación en Punta Alta.

Londrina es una hermosa ciudad del estado de Paraná, en Brasil. En el Cementerio Evangélico, descansa para siempre una luchadora, una pionera de la educación, una maestra. Fue la primera directora de la escuela nacional número 99, primera escuela de la Ley Láinez en Punta Alta. Se llamaba Esther Cresci.
La Ley Láinez, promulgada en 1905, establecía la creación de escuelas primarias nacionales en las provincias. En este marco, los docentes incorporados al plan, eran trasladados muchas veces sin consulta previa, a los puntos más distantes de nuestro mapa. Así fue como en marzo de 1911 Esther recaló con sus cuadernos y sus sueños en Punta Alta.
Esther Cresci nació en 1886 en Ogliastro Cilento, Italia. Su nombre, junto al de sus hermanos, aún puede leerse tallado en piedra a la entrada de los viñedos familiares. Muy niña emigró con sus padres a Sudamérica. En Uruguay hizo sus estudios de magisterio que completó en Argentina. Tras dos años de trabajo en nuestro país ascendió a directora. La docencia era su vida.
Su misión en nuestro terruño era organizar la Escuela Nacional 99 recientemente creada por el Consejo Nacional de Educación. Punta Alta era un modesto caserío surgido alrededor de la Base Naval, un campamento de obreros devenido en pueblo, con calles de tierra e iluminación a querosén. Era una aldea oscura, pues cuando la municipalidad proveía un farol, la edificación ya había medrado como para volverlo insuficiente. Punta Alta apenas tenía trece años de existencia y era una delegación del partido de Bahía Blanca.
Aquel histórico edificio escolar era una propiedad cedida por el vecino Manuel Pichel Carracedo, y se emplazaba en 25 de mayo 646.
Las cosas nunca fueron fáciles para Esther, y esta oportunidad no sería la excepción. Era bella y frágil, muy menuda, de tez blanca y ojos azules, y aunque gozaba de un excelente humor y modales amorosos, rara vez sonreía. Tenía un modo de hablar muy dulce y suave, pero firme. Era una mujer preparada para la lucha.
La puesta en marcha de sus actividades no pudo ser inmediata. La superioridad demoró hasta julio el envío de los bancos, muebles y material didáctico necesarios. Pero el 4 de agosto, con la presencia de 119 alumnos, el curso escolar fue inaugurado. Primer día de clases. En los meses previos, Esther junto a su hermana Clorys, como auxiliar, había fatigado las polvorientas calles y, casa por casa, había inscripto a los niños. Primero, había tenido que convencer a los mayores de la importancia de la lecto-escritura para la formación y el futuro de sus hijos. Aquella fiesta fundacional, era toda obra suya.
Esther sufría asma y el clima de nuestra región no era nada favorable para su dolencia. En 1913 fue trasladada a la localidad de Capitán Sarmiento, a continuar su lucha educadora. Al partir, la Escuela Nacional 99 tenía tres secciones de grado y 247 inscriptos. La semilla había germinado y ahora crecía con fuerzas propias. En otras ciudades y poblaciones, la señorita Cresci, repitió su proeza levantando escuelas de la nada e incorporando centenares de niños a la educación. Afortunadamente, no fue la última vez que estuvo entre nosotros.  
Cuando la Escuela Nacional 99 de Punta Alta cumplió su vigésimo quinto aniversario, Esther fue invitada para recibir su merecido homenaje. Lo hizo como la señora de Tesón, pues en 1919 se había casado con Máximo Fermín Tesón. Un apellido más que apropiado para una luchadora sin descanso. El 4 de agosto de 1936 vivió una hermosa fiesta donde, sobre un escenario, recordó con palabras llenas de emoción, los primeros años de la escuela. Ella era testigo y artífice. El 9 de agosto , el personal docente en pleno, las comisiones cooperadoras y de exalumnos, organizaron una comida de camaradería para darle nuevas muestras de afecto y despedirla. En el pergamino que le obsequiaron, entre todas las firmas, se destacaba la de María Luisa Tonelli de Peña, directora del establecimiento desde 1919. Estos reconocimientos se repitieron el 4 de junio de 1961, para el cincuentenario, ya instalados en el espléndido y actual edificio de Luiggi y Passo. Punta Alta, gracias a Dios, no olvidaba a la noble pionera.
La familia Tesón en pleno fue dueña de grandes cualidades intelectuales y virtudes ciudadanas, dejando a su paso importantes obras como testimonio. La señora Esther Cresci de Tesón continuó con su apostolado docente hasta 1943, año en que se jubiló. Como en el caso de Punta Alta, tuvo que volver una y otra vez a las escuelas de la provincia para recoger las muestras de gratitud de comunidades enteras.
Su vida culminó en Londina, Brasil, donde uno de sus hijos era profesor universitario. Tenía una casa edificada sobre un cerro desde donde veía toda la ciudad. Gozó de una lucidez privilegiada, recitando de memoria los poemas que su marido le había escrito en la juventud. El 17 de septiembre de 1990, a los 104 años, cerró los ojos para siempre. Por su mente, como un relámpago, debe haber cruzado la imagen de aquella joven de veinte años, en medio de las inhóspitas calles de un caserío que comenzaba a ser Punta Alta, llamando a las puertas de los niños para enseñarles el camino hacia el aprendizaje.

Fuentes: Gran Álbum de Punta Alta 1898-1941
elquilmero.blogspot.com
Sr.Fernando Tesón, nieto de Esther.









  

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