jueves, 6 de abril de 2017

CONVENIENCIA EN DECLARAR A PUNTA ALTA ZONA MILITAR.


Una escena de Punta Alta de la época de publicación del artículo.

1-Un artículo curioso.

Entre mayo de 1917 y abril 1918 el Boletín del Centro Naval publicó en su sección “Crónica Nacional”, un curioso artículo donde exponía la posibilidad de anexar Punta Alta a la zona militar. En él se percibía desde el título una posición favorable de las autoridades navales al proyecto aduciendo diversos motivos.
Uno de los temas que, en apariencia, más preocupaba a las jefaturas militares era el crecimiento de los movimientos sociales y las huelgas que comenzaban a practicarse en nuestro país con fuerza singular. Dentro de un medio sometido a la jurisdicción militar y sus disposiciones, esos movimientos no tendrían lugar.
También se capta entre líneas que la población de aquella Punta Alta de veinte años no estaba de acuerdo con convertirse en parte de un cuartel y a quedar sometida a leyes y reglamentos militares.
Transcribo a continuación el artículo completo con sólo algunas correcciones ortográficas.


Esquina de Bernardo de Irigoyen y 25 de Mayo en 1919-

2- Una idea con resistencia.

“La proximidad del pueblo de Punta Alta a Puerto Militar plantea el problema de su anexión la zona militar por razones múltiples desde el punto de vista de los intereses militares y civiles. Actualmente se agita la idea de llevar a su realización dicho propósito que ha encontrado resistencia en los intereses creados de una parte del comercio local que ha de mirar sus beneficios disminuidos por la prudente y celosa administración que habría de encargarse del bien general de la población.
¿Se teme la intervención de las autoridades de la armada? ¿Por qué?
El criterio militar cuidará con especial y patriótico empeño los intereses del nativo y del extranjero, los de este último con particular atención, no solo porque así lo dice la condición migratoria de nuestro territorio, lo que ha hecho de ese elemento el factor principal de nuestros progresos especialmente económicos, sino porque una perfecta civilización se caracteriza por la amplitud de su sentimiento hospitalario y son así más cultos los pueblos que mejor tratan a los que movidos por cualquier circunstancia y alentados en el caso por una confianza que nos honra y beneficia, abandonan su país de origen para acogerse a las liberalidades que nuestro suelo y nuestras leyes ofrecen a los hombres de todas las latitudes de la tierra”.


El colegio Sarmiento, en calle Luiggi en el año 1919-

3-Temor a los espíritus turbulentos y perturbadores.

“El criterio militar protegería en Punta Alta a todo ese elemento extranjero que por sus hábitos de trabajo y honradas aspiraciones sea realmente cooperativo del progreso de la región, pero en cambio sería inexorable con el espíritu turbulento y perturbador de los que por falsos conceptos de la libertad predican la disolución social y buscan realizarla por el desorden y el crimen.
Derecho reconocido el de la huelga dentro de las declaraciones de la ley fundamental de la nación, se hace un verdadero delito en cuanto exagera sus propósitos y pretende coartar el libre ejercicio del derecho de los demás. Ese elemento sin radicación en nuestro país, flotante por falta de ambiente propicio, que ha venido a nosotros como los detritos a las costas, merecería de parte del criterio militar la más severa vigilancia y el peso de represiones harto justificadas si declarada Punta Alta zona militar, pretendiese implantarse en nuestros dominios que forman parte de una nación virgen de opresiones sociales y abundante en beneficios y riquezas de toda especie.
Dentro de estos conceptos aseguradores de la libertad moral y civil del trabajo y de la propiedad, ¿Qué puede temer Punta Alta de ser declarada zona militar?”


Calle Urquiza y Colón en 1919. Carros y barro.

4-Una intervención con ventajas.

“Entre las ventajas de anexar Punta Alta a Puerto Militar pueden mencionarse las siguientes:
I-Las primeras medidas resolverían el problema de la pavimentación de las calles y el no menos importante de las obras de salubridad.
II-Los grandes viveros de Las Baterías facilitarían grandemente la formación de cuidadas avenidas con árboles ya desarrollados. En un año la transformación a este respecto sería completa y la valorización de las tierras su consecuencia.
III-Los servicios del Hospital Naval se extenderían a toda la población, con precios equitativos, y una asistencia médica consciente y de responsabilidad sería su más importante efecto.
IV-La justicia federal protegería todos los intereses y el criterio militar sólo se dejaría sentir para producir medidas de orden, de confianza y de progreso.
V-Las casas de tolerancia serían ubicadas en una zona especial y perfectamente inspeccionadas y vigiladas.
VI-La higiene más severa garantizaría la salud de todos.
VII-La educación primaria sería cuidada con celosa competencia.
VIII-Se trataría de disminuir el número excesivo de los negocios, de acuerdo con las necesidades de la población.
IX- El arsenal sería declarado zona reservada y Punta Alta zona militar pública”.

El Hospital Naval ofrecido como una de las ventajas de la zona militar a la población civil.

Fuente: Boletín del Centro Naval, Tomo XXXV , mayo 1917 abril 1918, números 400 al 411, páginas 476, 477 y 478.



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