Una escena de Punta Alta de la época de publicación del artículo.
1-Un
artículo curioso.
Entre mayo de 1917 y
abril 1918 el Boletín del Centro Naval publicó en su sección “Crónica
Nacional”, un curioso artículo donde exponía la posibilidad de anexar Punta
Alta a la zona militar. En él se percibía desde el título una posición
favorable de las autoridades navales al proyecto aduciendo diversos motivos.
Uno de los temas que,
en apariencia, más preocupaba a las jefaturas militares era el crecimiento de
los movimientos sociales y las huelgas que comenzaban a practicarse en nuestro
país con fuerza singular. Dentro de un medio sometido a la jurisdicción militar
y sus disposiciones, esos movimientos no tendrían lugar.
También se capta entre
líneas que la población de aquella Punta Alta de veinte años no estaba de
acuerdo con convertirse en parte de un cuartel y a quedar sometida a leyes y
reglamentos militares.
Transcribo a
continuación el artículo completo con sólo algunas correcciones ortográficas.
Esquina de Bernardo de Irigoyen y 25 de Mayo en 1919-
2-
Una idea con resistencia.
“La proximidad del
pueblo de Punta Alta a Puerto Militar plantea el problema de su anexión la zona
militar por razones múltiples desde el punto de vista de los intereses
militares y civiles. Actualmente se agita la idea de llevar a su realización
dicho propósito que ha encontrado resistencia en los intereses creados de una
parte del comercio local que ha de mirar sus beneficios disminuidos por la
prudente y celosa administración que habría de encargarse del bien general de
la población.
¿Se teme la
intervención de las autoridades de la armada? ¿Por qué?
El criterio militar
cuidará con especial y patriótico empeño los intereses del nativo y del
extranjero, los de este último con particular atención, no solo porque así lo
dice la condición migratoria de nuestro territorio, lo que ha hecho de ese
elemento el factor principal de nuestros progresos especialmente económicos,
sino porque una perfecta civilización se caracteriza por la amplitud de su
sentimiento hospitalario y son así más cultos los pueblos que mejor tratan a
los que movidos por cualquier circunstancia y alentados en el caso por una
confianza que nos honra y beneficia, abandonan su país de origen para acogerse
a las liberalidades que nuestro suelo y nuestras leyes ofrecen a los hombres de
todas las latitudes de la tierra”.
El colegio Sarmiento, en calle Luiggi en el año 1919-
3-Temor
a los espíritus turbulentos y perturbadores.
“El criterio militar
protegería en Punta Alta a todo ese elemento extranjero que por sus hábitos de
trabajo y honradas aspiraciones sea realmente cooperativo del progreso de la
región, pero en cambio sería inexorable con el espíritu turbulento y
perturbador de los que por falsos conceptos de la libertad predican la
disolución social y buscan realizarla por el desorden y el crimen.
Derecho reconocido el
de la huelga dentro de las declaraciones de la ley fundamental de la nación, se
hace un verdadero delito en cuanto exagera sus propósitos y pretende coartar el
libre ejercicio del derecho de los demás. Ese elemento sin radicación en
nuestro país, flotante por falta de ambiente propicio, que ha venido a nosotros
como los detritos a las costas, merecería de parte del criterio militar la más
severa vigilancia y el peso de represiones harto justificadas si declarada
Punta Alta zona militar, pretendiese implantarse en nuestros dominios que
forman parte de una nación virgen de opresiones sociales y abundante en
beneficios y riquezas de toda especie.
Dentro de estos
conceptos aseguradores de la libertad moral y civil del trabajo y de la
propiedad, ¿Qué puede temer Punta Alta de ser declarada zona militar?”
Calle Urquiza y Colón en 1919. Carros y barro.
4-Una
intervención con ventajas.
“Entre las ventajas de
anexar Punta Alta a Puerto Militar pueden mencionarse las siguientes:
I-Las primeras medidas
resolverían el problema de la pavimentación de las calles y el no menos
importante de las obras de salubridad.
II-Los grandes viveros
de Las Baterías facilitarían grandemente la formación de cuidadas avenidas con
árboles ya desarrollados. En un año la transformación a este respecto sería
completa y la valorización de las tierras su consecuencia.
III-Los servicios del
Hospital Naval se extenderían a toda la población, con precios equitativos, y
una asistencia médica consciente y de responsabilidad sería su más importante
efecto.
IV-La justicia federal
protegería todos los intereses y el criterio militar sólo se dejaría sentir
para producir medidas de orden, de confianza y de progreso.
V-Las casas de
tolerancia serían ubicadas en una zona especial y perfectamente inspeccionadas
y vigiladas.
VI-La higiene más severa
garantizaría la salud de todos.
VII-La educación
primaria sería cuidada con celosa competencia.
VIII-Se trataría de disminuir el número excesivo de los
negocios, de acuerdo con las necesidades de la población.
IX- El arsenal sería declarado zona reservada y Punta
Alta zona militar pública”.
El Hospital Naval ofrecido como una de las ventajas de la zona militar a la población civil.
Fuente: Boletín del Centro Naval, Tomo XXXV , mayo 1917 abril 1918, números 400 al 411, páginas 476, 477 y 478.
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