Multitud despidiendo a emigrantes en el puerto de Vigo. |
Le ley de Emigración
promulgada en España el 21 de diciembre de 1907 consideraba emigrantes a todos
los españoles que abandonaran el territorio patrio, con pasaje retribuido o
gratuito de tercera clase ó de otra que el Consejo Superior de Emigración
declarase equivalente, con destino a América, Asia u Oceanía.
Entre 1882 y 1930 se
produjo una auténtica oleada migratoria con tres y medio a cinco millones de
españoles que, en pos de mejores condiciones de vida, embarcaron
mayoritariamente hacia Cuba y Argentina.
La mayor parte de los
emigrantes españoles se movilizaron en buques de bandera extranjera y lo
hicieron a través de alguno de los quince puertos autorizados, el principal de
los cuales era Vigo. Era un viaje plagado de peripecias que comenzaban en los
mismos muelles de la partida y se prolongaban en las cubiertas de las naves no
siempre confortables.
Un inspector revisaba
minuciosamente al viajero y su equipaje antes de la partida, y lo instruía
sobre las precauciones y medidas de seguridad e higiene que debía adoptar
durante la travesía. Esto incluía el tema de las armas, los juegos de azar, el
aseo, el mareo, las partes del barco, la ingestión de alcohol, etc. También se
verificaba que no viajaran mujeres casadas solas sin autorización de los
maridos y hombres solteros en edad del reclutamiento militar. El inmigrante
debía acreditar antecedentes de buena conducta y una profesión ó actividad. Es
llamativa la cantidad de “agricultores” entre los hombres y “labores” entre las
mujeres.
Punta Alta, nacida al amparo de la fundación
de la Base Naval de Puerto Belgrano, abrió desde sus inicios las puertas a la
inmigración europea, atraída por la posibilidad de fuentes de trabajo y un
lugar promisorio donde establecerse. Los años fundamentales de nuestra ciudad
se corresponden con la eclosión del movimiento migratorio, de modo que no es de
extrañar la cantidad de extranjeros que se sumaron para componer nuestra
población fundacional.
Emigrantes españoles bailando en la cubierta de un buque durante la travesía atlántica en 1915. |
Del sitio web de la
Federación Española y su capítulo “Los barcos de la emigración y sus
protagonistas” extraje estos apuntes. Me limité a citar los nombres de los
españoles que se asentaron en Punta Alta y de los barcos que contuvieron sus
sueños, temores y expectativas en una travesía que duró un océano. Sé que este
puñado de apellidos es ínfimo al lado de
las cantidades reales, pero vayan
como representación de toda una movida migratoria que aportó trabajo y cultura
a nuestra tierra, y que fortaleció nuestros vínculos con la madre patria. Es
razonable pensar que de la gran cantidad de inmigrantes que, según la
Federación Española, se radicaron en Bahía Blanca, muchos habrán entrado en
contacto con nuestro Puerto Militar por razones laborales. En todos los casos
el arribo a nuestro país se produjo en el puerto de Buenos Aires.
Asimismo,
en la página de la Federación consta el arribo del Barco Salamanca, el 20 de
marzo de 1911, en el puerto de Ingeniero White, con un importante número de
españoles que fueron registrados en el Hotel de Inmigrantes. Con toda
seguridad, muchos de ellos habrán optado por la ciudad de Punta Alta como lugar
para establecerse.
Octavio Paz dijo alguna
vez que “los argentinos descienden de los barcos”. Nuestra historia nacida a
partir de la conquista española del nuevo mundo, le da toda la razón. Por eso será que los inmigrantes
peninsulares, nunca se sintieron del todo extranjeros en nuestro suelo.
Dos vistas de emigrantes españoles en la cubierta del buque Cabo de Hornos. |
1-Ignacio
Prada y el “Nile”
El Nile en una hermosa tarjeta postal. |
El 3 de noviembre de
1907 desembarcó en el puerto de Buenos Aires el señor Ignacio Prada, de
profesión agricultor. Había partido de Vigo y se estableció en Punta Alta.
El señor Prada viajó en
El Nile que era un barco de la Royal Mail Lines, construido por J & G
Thompson de Clyde Bank. Tenía un desplazamiento de 5.855 toneladas. Su botadura
y su viaje inaugural se produjeron en 1893. En 1911 fue vendido a Pacific Mail
conservando su denominación original. Siempre con este nombre fue pasado a la
empresa China Mail en 1915. En 1925 fue desguazado.
Era un bello modelo, de
esbelta silueta, con el casco y las chimeneas pintados de negro.
Este buque arribó por
primera vez a nuestro país en 1888 y lo hizo por última vez en 1911,
transportando a lo largo de sus 36 viajes a La Argentina un total de 5.920
pasajeros.
Fotografía donde se aprecia toda la esbeltez del Nile, con su casco y chimeneas negras. |
2-Frutos
García y el “Orita”
El Orita en todo su esplendor. |
El 11 de octubre de
1914 llegó a la Argentina el señor Frutos García. Era oriundo de Asturias y
había embarcado en Vigo. Compartió este viaje con un nutrido número de paisanos suyos que recalaron en varias orillas
de Latinoamérica. Él escogió Punta Alta.
El buque que lo trajo a
nuestro país fue el “Orita”. Pertenecía a la Pacífic Steam Navigation Company.
Había sido construido en Belfast, Irlanda del Norte, por los astilleros Harland
& Wolf, los mismos que hicieron el Titanic. Botado en 1902 hizo su viaje
inaugural en 1903. Se trataba de un barco muy elegante, con dos mástiles y dos
hélices. Su velocidad de crucero llegaba a los 14 nudos y desplazaba 9.239
toneladas. Tenía una capacidad de 169 pasajeros en primera clase, 111 en
segunda y 528 en tercera. Su tripulación estaba constituida por 172 miembros.
El Orita fue desguazado en 1932. Este buque llegó por primera vez a la
Argentina en 1904 y arribó por última vez en 1930. Durante estas décadas
realizó 63 viajes transportando 6.696 pasajeros.
El señor Frutos García
se dedicó a las actividades comerciales y fue propietario del restaurant “La Pilarica” ubicado en Bernardo
de Irigoyen al 100. En este local, se hizo en 1924 la reunión que sirvió de
lanzamiento a la Liga de Defensa Comercial de Punta Alta, Sección Almaceneros
Minoristas, germen de la actual Unión del Comercio y la Industria. A finales de
la década del veinte, fue dueño del mítico bar Cervantes.
El Orita en una toma muy significativa. Está zarpando. La gente en el muelle despide a sus seres queridos. |
3-Josefa
Martínez Ortiz, Paca y María del Rayo Martínez en el “Massilia”
Imponente en medio del mar, el Massilia. |
El 5 de julio de 1921
procedentes del puerto de Vigo, llegó a Buenos Aires la inmigrante española
Josefa Martínez Ortiz con sus hijas Paca y María Cruz del Rayo Martínez. Una
vez en el país, se encaminaron a Punta Alta para proyectar su futuro. Estaba
documentada como de profesión doméstica.
El medio escogido para
el viaje fue el barco Massilia, de la Compagnie de Navigation Sud Atlantique,
de 15.147 toneladas, botado en 1914. El primer viaje con esta denominación lo
realizó en 1920. En la segunda guerra mundial, luego de 20 años de travesías,
los nazis lo convirtieron en un hotel flotante, al que volaron y hundieron
antes de abandonar Marsella en 1944.
Este buque llegó por
primera vez a nuestro país en 1920 y en 1939, luego de 101 viajes, concretó su
último arribo. Transportó 23.069 personas.
Otra tarjeta postal del Massilia. |
4-Plácido
Varela López y el “Massilia”
El 23 de diciembre de
1924 desembarcó en Argentina, el señor Plácido Varela López, oriundo de Lugo y
proveniente del puerto de Vigo. Se radicó en un primer momento en Coronel
Suárez de donde pasó a Bahía Blanca. Por último, escogió Punta Alta para establecerse.
Su profesión declarada era labrador.
Viajó en el Barco
Massilia, del cual hablamos anteriormente.
5-
Cristóbal Domínguez Fernández, Serafina Santos Domínguez y el “Hoedic”
La gallardía del Hoedic. |
El 19 de mayo de 1924
pusieron pie en nuestra patria Cristóbal Domínguez Fernández y Serafina Santos
Domínguez. Eran nativos de Ferreruela de Tabara, Zamora. Habían embarcado en
Vigo y a la hora de elegir terruño, optaron por la ciudad de Punta Alta. Él fue
registrado como labrador y ella como modista.
El medio de transporte
escogido fue el barco Hoedic, de la Compagnie des Chargeurs Reunis, que
desplazaba 9.957 toneladas. Este buque tenía dos hélices y era impulsado por
turbinas con reducción. Su capacidad era de 100 pasajeros en primera clase, 40
en segunda y 85 en tercera.
Botado en 1922, su
viaje inicial se produjo en 1923. En 1928 dio vuelta campana en su atracadero
en Havre. Fue reflotado y luego de su reparación en Rotterdam se aumentó su
capacidad a 309 pasajeros de primera, 88 de segunda y 42 de tercera. En 1930
fue destinado al tráfico de la costa africana occidental con el nombre de
“Fourcauld”. En 1940 un bombardero alemán lo echó a pique.
Curiosa postal que testimonia el accidente del Hoedic. |
6-María
y Fulgencio Rodríguez Martín y el “Gelria”
A todo color, el Gelria de la Royal Holland Lloyd. |
El 12 de abril de 1929
llegaron a Buenos Aires, procedentes del puerto de Vigo, María y Fulgencio
Rodríguez Martín. Eran originarios de Puebla de San Medel, en Béjar, Salamanca.
Escogieron Punta Alta para establecer sus nuevas raíces. Fulgencio estaba
acreditado como labrador mientras María figuraba como “sin profesión”.
Realizaron su viaje en
el barco Gelria que era parte de la flota de la compañía Royal Holland Lloyd.
Este barco, de 13.868 toneladas, registraba su botadura y primer viaje en 1913.
Desarrollaba una velocidad de servicio de 17,50 nudos, con dos hélices movidas
por motores de cuádruple expansión. Estaba en condiciones de albergar 197
pasajeros en primera clase, 236 en segunda, 136 en intermedia y 854 en tercera.
En 1916 fue parado en Amsterdan para acondicionamientos, reintegrándose en 1919
al servicio.
En 1935 fue transferido
a la Lloyd Triestino recibiendo el nuevo nombre de Gradisca. En 1946 varó en la
isla Gaudo y al año siguiente fue reflotado y amarrado en Venecia. Finalmente
en 1951 se produjo su desguace.
El Gelria llegó por
primera vez a Argentina en 1913 y su último arribo data de 1931. En este lapso
hizo 69 viajes a nuestro país transportando 24.335 pasajeros.
Maravillosa pintura del Gelria. |
7-Rosa
Sánchez Gómez y el “Cabo de Buena Esperanza”
Saliendo hacia alta mar en todo su esplendor, el Cabo de Buena Esperanza. |
El 16 de julio de 1941
desembarcó en Buenos Aires, Rosa Sánchez Gómez oriunda de Puebla de San Medel,
ayuntamiento de Béjar, en Salamanca. Había partido del puerto de Cádiz y se
estableció en Punta Alta. Su ocupación, según su registro de inmigrante, eran
las labores domésticas.
El “Cabo de Buena
Esperanza” era un buque de la Naviera Ybarra y Compañía. Era propulsado por
cuatro turbinas a una velocidad de 17 nudos. Tenía dos ejes, 3 cubiertas
corridas, shelter deck, popa de crucero. Había entrado en servicio en
septiembre de 1921 construido por la New York S.B Corporation de Damden New
York.
Tenía capacidad para
560 pasajeros distribuidos 260 en primera clase, 300 en segunda y una
tripulación de 206 miembros. Contaba con un desplazamiento de 12.595 toneladas.
Había sido botado en
1920 con el nombre de Hosier State. A lo largo de su vida útil recibió además
las denominaciones de Presidente Lincoln y María Pepa. Su primer viaje como
Cabo de Buena Esperanza lo hizo en 1940. En 1958 fue amarrado y enseguida,
desguazado.
Realizó
entre 1940 y 1957, 89 viajes a la Argentina. Transportó 37.185 pasajeros.
El buque Cabo de Buena Esperanza, un nombre simbólico para los inmigrantes. |
8-Covadonga
Blanco González, Esteban Caldevilla Díaz, Generosa María Covadonga González
Blanco, Antonio y Juan Carlos Caldevilla Blanco y el “Córdoba”
El Córdoba. |
El 16 de mayo de 1948
el Córdoba ancló en el Puerto de Buenos Aires y de él descendieron, entre
muchos inmigrantes españoles, la familia compuesta por Covadonga Blanco
González, Esteban Caldevilla Díaz, Generosa María Covadonga González Blanco,
Antonio y Juan Carlos Caldevilla Blanco, oriundos de San Juan de Beleño algunos
y de Viego los restantes, todos del Consejo de Ponga en Asturias.
Esteban Caldevilla Díaz
era de Oviedo y su documentación lo acreditaba como labrador.
Habían embarcado en
Bilbao y, ya en nuestro país, se radicaron en la ciudad de Punta Alta.
El mencionado barco,
pertenecía a la Compañía Argentina de Navegación Dodero. Era una unidad de
pasajeros y de carga, construido en los astilleros Bethlehem Steel de Estados
Unidos. Tenía capacidad para 827 pasajeros distribuidos 26 en primera clase y
el resto para inmigrantes.
Su capacidad de carga
era de 5.390 metros cúbicos. Disponía de una turbina con 6000 caballos de vapor
de potencia y una velocidad de servicio de 15 nudos. Fue incorporado al
servicio en 1947 y dado de baja en 1972. Este mismo año fue desguazado en
Campana.
Este barco llegó por
primera vez a Argentina en 1887, y realizó su último arribo en 1955,
movilizando 40.619 personas en un total de 98 viajes.
El Córdoba en el puerto. |
9-Arturo
Muñoz de Toro García, Araceli Cid Valle, Arturo, Ricardo, Aurelio, Adela,
Araceli y María del Carmen Muñoz del Toro Cid en el “Cabo de Hornos”
Impresionante vista del barco Cabo de Hornos. |
El 4 de noviembre de
1949 está registrado el arribo a Buenos Aires de la familia compuesta por
Arturo Muñoz de Toro García, su cónyuge Araceli Cid Valle y sus hijos Arturo,
Ricardo, Aurelio, Adela, Araceli y María del Carmen Muñoz de Toro Cid, oriundos
del Valle de Abdalajis, en Málaga.
Habían embarcado en
Cádiz y se radicaron en Punta Alta. Con el tiempo se mudaron a Bahía Blanca
para recalar al fin en Monte Hermoso. Arturo estaba registrado como industrial.
El barco Cabo de Hornos
pertenecía a la flota de Naviera Ybarra y Compañía. Tenía capacidad para 370
pasajeros en camarote, distribuidos en dos clases, y unos 410 de tercera en
sollados. Desplazaba 12.597 toneladas y había sido botado en 1920, en Estados
Unidos, como Empire State. A lo largo de su vida útil tuvo también los nombres
de Presidente Wilson y María Pipa.
En 1940 recibió el
nombre de Cabo de Hornos y en 1959 fue desguazado.
El Cabo de Hornos. |
10-Enrique
Más Pérez y el “Cabo de Buena Esperanza”.
El 6 de abril de 1949
arribó a Buenos Aires el señor Enrique Más Pérez, oriundo de Fuente Encarroz,
Valencia. De profesión agricultor, había embarcado en el puerto de Barcelona y
se estableció en Punta Alta.
Los datos del barco
están detallados anteriormente.
11-Salvador
Berenguer Calvo, María Blasco Selles, Luisa y Salvador Berenguer Blasco en el “Cabo
de Buena Esperanza”
El 3 de Julio de 1950
descendió en Buenos Aires, del barco Buena Esperanza, la familia compuesta por
Salvador Berenguer Calvo, su esposa María Blasco Selles y los niños Luisa y
Salvador Berenguer Blasco. Eran oriundos de Callosa de Ensarría, Alicante, y
habían zarpado del puerto de Barcelona. Se radicaron en Bajo Hondo, para luego
hacerlo en forma definitiva en Bahía Blanca.
Salvador era de
profesión agricultor y María de labores.
Los datos del barco
están consignados en otro punto de este artículo.
12-Armando
Rubio Pardo y el “Formose”.
El Formose. |
El 27 de marzo de 1950,
luego de embarcar en Vigo y cruzar el océano, Armando Rubio Pardo, oriundo de
Colinas del Campo de León, arribó a Buenos Aires donde residió durante un año.
En 1951 se estableció en Punta Alta.
El navío que lo trajo a
nuestra tierra fue el “Formose” de la Compagnie des Chargeurs Reunis de
Francia. Era propulsado por dos juegos de motores de triple expansión, tenía
dos hélices y un desplazamiento de 9.975 toneladas. Su capacidad era de 100
pasajeros en primera clase, 40 en segunda y 85 en tercera. La botadura y el
viaje inaugural tuvieron lugar en 1921.
Este buque llegó por
primera vez a Argentina en 1942 y tocó Buenos Aires por última vez en 1952.
Durante esta década completó 66 viajes con un total de 12.652 pasajeros. En el
año 1943 fue incautado por el gobierno Argentino e incorporado a nuestra flota
mercante con el nombre de Río Tunuyán. Se restituyó a la empresa propietaria en
1946 con el nombre original. Fue desguazado en 1953.
Armando Rubio Pardo
había nacido el 25 de diciembre de 1924. En su León natal se dedicó a la
minería. A los 26 años emigró a Argentina. En nuestra ciudad se dedicó al
comercio en el rubro de los ramos generales. Durante 40 años se desempeñó como
tesorero de la Asociación Española de Socorros Mutuos de Punta Alta que, como
merecido homenaje, impuso su nombre al
Salón de Fiestas.
Falleció en nuestro
medio el 13 de julio de 2014 a los 89 años de edad.
El Formose. |
13-Ricardo
Gil Monteiro, Francisco Gil Roig y el “Provence”.
El Provence en su elemento, el mar. |
El 8 de febrero de
1952, en medio de un numeroso grupo de inmigrantes españoles, recalaron en el
puerto de Buenos Aires los señores Ricardo Gil Monteiro y Francisco Gil Roig,
oriundos de Valencia.
Habían embarcado en
Barcelona y escogieron para sentar sus petates la ciudad de Punta Alta.
Figuraban como “sin profesión”.
El buque Provence hizo
141 viajes a Argentina entre 1884 y 1960, transportando un total de 36.408
pasajeros. Pertenecía a la Societe Generale de Transports Maritimes y fue
botado por Swan Hunter & Wigham Richardson de Tyneside el 15 de agosto de
1950.
Desplazaba 15.889
toneladas y tenía hélices gemelas. En 1965 fue vendido a Italia siendo
rebautizado Enrico C y convertido en crucero transatlántico de clase única en
1972.
El Provence en una acuarela que lo pinta de cuerpo entero. |
14-Serafín
Granada García, Purificación Góngora Sortes, Javier Granada Góngora, Faustino
Remondegui Domenech y el “Salta”
El Salta. |
El 13 de abril de 1952
llegó a la Argentina la familia compuesta por Serafín Granada García, su
cónyuge Purificación Góngora Sortes y su hijo Javier Granada Góngora. Provenían
de Tudela, Navarra, habían embarcado en Vigo. Serafín era oriundo de
Guadalajara y su profesión era la sastrería.
El 4 de junio del mismo
año arribó a nuestro país Faustino Remondegui Domenech oriundo de Villa de
Aescoa, en Navarra. El señor Remondegui había embarcado en Barcelona, uno de
los quince puertos españoles habilitados para los emigrantes. Al igual que la
familia Granada eligió la ciudad de Punta Alta para afincarse. Según los datos
de la Federación Española, al cabo de unos años, se estableció definitivamente
en Bahía Blanca.
Todo este grupo se
movilizó en el Barco Salta de la Compañía Argentina de Navegación Dodero. Se
trataba del ex Jamaica, construido en los astilleros Seattle de La Tacoma
Shipbuildin Corporation de Estados Unidos, botado el 7 de marzo de 1942.
En septiembre de 1943,
en el astillero Willamette Iron & Steel, fue completado como portaaviones
de escolta tipo CVE43 para la US.Navy. A finales de ese mismo mes fue
transferido a la Royal Navy con el nombre de HMS Shah. En 1945 es reintegrado a
la marina de guerra norteamericana.
En 1948 fue adquirido
por la Empresa Río de la Plata S.A. de navegación de ultramar, Dodero, adaptado
para transporte de pasajeros en el astillero Newport News SB & DD y
renombrado Salta, gemelo del Corrientes. Desplazaba 12.053 toneladas y
transportaba 192 tripulantes, 4 pasajeros de primera y 1.338 de tercera. Tenía
una eslora de 149.87 metros, una manga de 21.18 y un calado de 23.01. Se impulsaba
con turbinas a vapor cross-compound Allis Chalmers y contaba con dos calderas
acuotubulares.
En 1963 participó del
rescate de 490 náufragos del Lakonia. En 1964 es radiado y vendido a la empresa
Catasa como chatarra.
El buque Salta hizo
viajes a la Argentina entre 1911 y 1960, realizando un total de 107 con un
movimiento de 35.526 pasajeros.
Finalmente fue
desguazado en Río Santiago, Buenos Aires en 1966.
El Salta con sabor a despedida. |
15-Amparo
Roig Belenguer, Ricardo y Amparo Gil Roig en el “Provence”
El 28 de abril de 1953
arribó a Argentina la señora Amparo Roig Belenguer, natural de Valencia, proveniente de Barcelona. La acompañaban sus
hijos Ricardo y Amparo Gil Roig, todos oriundos de Valencia. Se radicaron en
Punta Alta. Amparo estaba documentada como de profesión labores.
Se transportaron en el
Barco Provence del cual hablamos en otro párrafo.
16-Francisco
Salvador Ripoll, Consuelo Bataller Ferre, María, Consuelo y Josefa Ripoll
Bataller en el “Bretagne”
Todo el Bretagne. Todo el mar. Todo el cielo. |
El 13 de octubre de
1953 desembarcó del “Bretagne” en el puerto de Buenos Aires la familia
constituida por Francisco Salvador Ripoll, su esposa Consuelo Bataller Ferre y
sus hijas María, Consuelo y Josefa Ripoll Bataller. Eran oriundos de Altea y
provenían del puerto de Barcelona. Se afincaron en Punta Alta. Francisco estaba
registrado como comerciante y Consuelo en labores domésticas.
Viajaron en el Barco
Bretagne, de la Societé Generale de Transports Maritimes a Vapeur.
Desplazaba 16.355 toneladas
propulsado por 2 juegos de turbinas de reducción simple, con una velocidad de
18 nudos. Había sido construido en Chantiers & Ateliers de ST. Nazaire y
botado en 1951. El viaje inaugural lo efectuó en 1952. En 1960 fue transferido
a Chandris Line siendo rebautizado Brittany.
El 8 de abril de 1963
sufrió un incendio que lo destruyó totalmente mientras estaba en Piraeus para
reparación de máquinas. Fue desguazado en La Spezia en 1964.
El buque Bretagne
realizó 72 viajes a Argentina, entre 1889 y 1960, transportando un total de
9.682 pasajeros.
El Bretagne con colores del crepúsculo. |
17-
Aurelia Bocero Valle de Román, María Socorro, Eloína y María Celsa Román Bocero
en el “Charles Teller”.
El barco Charles Teller. |
El 17 de marzo de 1954
pisaron puerto de Buenos Aires, Aurelia Bocero Valle de Román y sus hijas María
Socorro, Eloína, Elicia y María Celsa Román Bocero, oriundas de Santa Eulalia,
en León. Habían embarcado en Vigo y recalaron en Punta Alta.
Su ocupación consistía
en labores.
Llegaron a nuestro país
en el Barco Charles Teller, de la Compagnie de Navigation Sud Atlantique, de
12.006 toneladas y botado en 1951. Su primer viaje tuvo lugar en 1952. Diez
años después pasó a la empresa Messageries Maritimes. En 1966 fue rebautizado
como “Le Havre Abeto”.
El buque Charles Teller
realizó 45 viajes a La Argentina entre los años 1952 y 1960, movilizando 2.771
pasajeros.
18-Antonio
Peregrina Cabrera, Beneranda Avalo Jeres, Antonio y Juan Peregrina Avalo y el
“Cabo de Buena Esperanza”.
El 17 de junio de 1955
puso pies en Buenos Aires la familia formada por Antonio Peregrina Cabrera, su
esposa Beneranda Avalo Jerez y sus hijos Antonio y Juan Peregrina Avalo, de La
Rinconada, en Sevilla. El jefe de familia era oriundo de Almería, de profesión
jornalero, mientras la madre lo era de Jaén y de ocupación labores.
Habían embarcado en
Cádiz, en el barco Cabo de Buena Esperanza. Inicialmente se radicaron en Buenos
Aires y luego se trasladaron a Punta Alta. Según la Federación Española, aquel
pequeño Antonio se radicó posteriormente en Coronel Pringles.
Los datos del barco
constan más arriba.
19-Arcadio
y Adriana Mesón Manzano y el “Lavoisier”
El Lavoisier. |
El 15 de Julio de 1956
llegaron a Argentina Arcadio y Adriana Mesón Manzano. Oriundos de Salamanca,
habían embarcado en Vigo y eligieron Punta Alta para afincarse. Arcadio, nacido
en 1928, tenía 28 años al momento de pisar nuestra tierra. Se dedicó a la
construcción y albañilería, y trabajó hasta su jubilación en Instalaciones
Fijas de la Base Baterías.
Emplearon para su viaje
los servicios del barco “Lavoisier” de la Compagnie des Chargeurs Reunis”. Era
un buque a motor, de dos hélices, con capacidad para desplazar 12.000
toneladas. Fue botado en octubre de 1948 por Ateliers & Chantiers de la
Loire en St. Nazaire. No incluyó el puerto de Buenos Aires en su derrota sino
hasta el año 1950. Tenía capacidad para transportar 109 pasajeros en primera
clase y 266 en segunda. En 1961 fue vendido a Italia y se convirtió en el
crucero transatlántico “Rivera Prima”.
El Lavoisier. |
20-Manuel
Rodríguez Iglesias, Paula Sánchez Sánchez, Enriqueta Rodríguez Sánchez y el
“Highland Princess”
La princesa de las tierras altas y el océano Atlántico. |
El 21 de enero de 1956,
a bordo del Highland Princess, arribaron al puerto de Buenos Aires el
matrimonio constituido por Manuel Rodríguez Iglesias y Paula Sánchez Sánchez
con su hija Enriqueta Rodríguez Sánchez. Esta familia oriunda de Valdelacasa,
en Salamanca, había embarcado en Vigo y decidió, ya en suelo argentino,
radicarse en Punta Alta.
Manuel en sus
documentos de inmigración figuraba como agricultor y Paula como servicio de
labores.
El barco que los trajo
a nuestro país era parte de la flota de la compañía Nelson Line. Desplazaba
14.128 toneladas y fue botado el 11 de abril de 1929. Su construcción fue obra
de Harland & Wolff en Glasgow. Sin cambiar de nombre fue transferido a la
Royal Mail en 1932. Vendido a John Latsis de Grecia en 1959 prestó servicios
como Marianna. En 1960, bajo bandera checoslovaca se llamó Slapy y finalmente
como barco chino fue renombrado Guang Hua.
El buque Highland
Princess ancló en nuestro país por primera vez en 1930, y lo hizo por última
vez en 1959. En este largo período concretó 99 viajes en los cuales transportó
10.614 pasajeros.
The Highland Princess. |
21-
Guillermo Mellado y Ángela Zaragoza en el “Provence”
El 15 de octubre de
1956 llegaron al puerto de Buenos Aires el matrimonio compuesto por el señor
Guillermo Mellado y la señora Ángela Zaragoza. Ángela era oriunda de la ciudad
autonóma de Melilla y de profesión sus labores. Se radicaron en Punta Alta.
De este matrimonio
nacería Miguel Ángel Mellado Zaragoza, el sacerdote que acompañó a la
Colectividad Española de Bahía Blanca en sus festividades y acontecimientos.
Los datos del barco
Provence, en el cual se trasladó el matrimonio, están en otro capítulo de esta
nota.
22-Bernardino Mesón Manzano y el “Bretagne”
El 27 de diciembre de 1960
desembarcó en Buenos Aires el señor Bernardino Meson Manzano, de profesión
peón, proveniente de Barcelona. Se radicó en Punta Alta donde ya residía su
hermano Arcadio, arribado en 1956 y al igual que él, trabajó como personal
civil en la Base Baterías hasta su jubilación.
Viajó en el barco Bretagne al
cual ya describimos en otro párrafo.
Epílogo
¿Hermanos?¿Padre e hijo?¿Tío y sobrino? Dos emigrantes españoles posando junto al barco donde están depositados sus sueños de una vida mejor. |
Me preguntaba si
tendría valor una nota de este tipo donde muchos nombres quedan sin mención y
donde por ahí se habla más de los barcos que de las personas. Sin embargo,
cuando seleccionaba las fotografías, entendí que los barcos no eran parte menor
de estas historias y no pude sustraerme a una gran emoción.
Viendo esas moles de
hierro en medio de la vastedad del Atlántico, esos rostros entre angustiados y
esperanzados, esas multitudes apretadas en el dolor de la despedida, esos
grupos que compartían juegos, charlas y bailes sobre las cubiertas movedizas,
sentí lo que debieron sentir todas estas personas que, mas allá de las
estadísticas de la inmigración, tenían nombres propios, tenían padres, madres,
hijos y amores por los que luchar y soñar.
Quiera Dios que hayan
logrado sus metas. Quiera Dios que hayan encontrado el camino que proyectaron
cuando decidieron dejar su tierra natal. Quiera Dios que hayan sido felices.
Aquellos lejanos barcos
y los protagonistas de estos viajes están presentes en cientos de memorias por
las calles de Punta Alta.
Raúl Oscar Ifran.
Fuentes.
www.empleo.gob.es/portal
Carta de España
Gracias por tan completa investigación, Raul. Mis padres llegaron de España en el mismo barco,pero sin conocerse, en el año 1949. A los 2 años se conocieron y se casaron. Ahora conozco un poco más de sus historias y del barco en que llegaron a Buenos Aires. Nuevamente: GRACIAS.
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