Cantaba
como deben cantar los ángeles. Ó las mitológicas sirenas que reunían en su coro
las voces del océano, los vientos y los altivos albatros marinos.
Se
llamó Carmen Leonor Simone y surgió a la palestra de las cantantes de tango a
partir de un concurso radial. Escogió el nombre de Carmen Duval para su
apostolado de dos por cuatro porque el apellido Simone ya transitaba el éter en
la garganta de otra sílfide.
El
público la aceptó de entrada porque lo tenía todo. Un timbre firme y melodioso,
una educación vocal de primera y una melancólica belleza física. En esa época,
la década del 30 al 40, la radio era el principal medio de comunicación del
pueblo; a través de ella se expresaban los artistas. Como será que Carmen no se
preocupó por dejar muchos testimonios grabados de su maravilloso arte. Su voz
se entregó sin retaceos a través de los programas de Radio Belgrano, Radio
Mitre y Radio el Mundo. Gracias a Dios, para regocijo de las generaciones
posteriores, dejó el tesoro de una decena de registros. Lo demás, lo gastó
generosamente en el aire. No se guardó nada.
No
hace mucho tiempo que nos dejó. Se marchó a cantar a los estudios celestiales
en el 2012, a sus fecundos 93 años. Una artista inolvidable.
En la
Nueva Provincia del 27 de diciembre de 2014, Mario Minervino recuerda una
presentación de Carmen Duval en la ciudad de Bahía Blanca, 78 años antes. En
efecto, la celebrada cantante criolla nacida en Entre Ríos, visitó esta
importante ciudad para presentarse los días 7 y 8 de diciembre de 1936 en el
Cine Grand Splendid de Alsina 129. La acompañaron musicalmente el trío
compuesto por su marido Horacio Salgán en el piano, Gregorio Suriff en violín y
Marcos Madrigal en bandoneón.
Se la
anunció como la nueva estrella de la canción porteña y su actuación tuvo lugar
como intervalo entre los filmes “La danza de las vírgenes” y “Primavera en
París”. El mismo día 8 terminó su jornada artística cantando en el Jockey Club
de Ingeniero White.
El
artículo del diario señala luego la continuidad de la gira bonaerense de la
artista en el Teatro Italiano de Coronel Dorrego el día 10, el Teatro Italiano
de Juárez el 11, el Teatro Cervantes de Tandil el 12, el Teatro la Perla de
Ayacucho el 13, y salas de Mar del Plata
y Tres Arroyos en los días sucesivos. Es de notar que Carmen Duval tenía
compromisos firmados para estar actuando en la emisora de Radio Belgrano, de
quien era artista exclusiva, el primero de enero de 1937. Por ese motivo la gira no conocía pausas.
En
este recuento de tan exitosas presentaciones, se ha omitido la que Carmen Duval
hizo la noche del miércoles 9 de diciembre de 1936. Fue en el joven Teatro Colón de Punta Alta,
inaugurado cinco años antes.
Seguramente
los puntaltenses colmaron las 1.200 plazas del teatro y seguramente Carmen
cantó aquellos éxitos que enamoraron a los argentinos de la época, tales como “Barrio
pobre”, “Entre sueños”, “Inspiración” y
los complicados “Recuerdo” y “Ojos negros” que ella simplificaba con su
talento. En 1940 Horacio Salgán le dedicó el vals: “A una mujer”. Esta notable visita
a nuestra ciudad y a nuestro teatro, se repitió el jueves 28 de abril de 1938.
Puede
que el paso del tiempo difumine las historias y sus protagonistas, pero nada
puede borrar la pasión de un artista y el placer de su público. Carmen Duval
sigue cantando entre nosotros si de repente, en la casualidad de unas viejas
revistas, volvemos a descubrirla.
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