El ingeniero Luiggi y su familia, tres años después del emprendimiento de Pinzolles.
El Gran Álbum de
Punta Alta 1898-1941 de Antonio Crespi Valls, en referencia a las actividades primitivas e iniciales que se
desarrollaron en nuestra ciudad, comenta un raro emprendimiento del que no se
tienen grandes precisiones. Se trata del proyecto del francés Eugenio Pinzolle de criar artificialmente ostras y mejillones en Arroyo Pareja.
Dice el álbum
que no existían en el país industrias como ésta y que sucedió a mediados de
1894. La presentación que hizo la Subprefectura Marítima de la Capital al
Senado Nacional no escatimó entusiastas comentarios a la propuesta, ya en
términos técnicos como económicos, aconsejando su aprobación.
El proyecto fue
elevado al Senado el 5 de septiembre de 1984 y el 12 de junio de 1895 se
promulgó la ley acordando a Pinzolle el derecho a establecer el criadero de
moluscos.
Dice el gran
álbum que el trabajo de la compañía arrancó con buenas perspectivas, al punto
que en 1896 había unas cien mil ostras aptas para la venta.
Sin embargo, la
empresa finalmente fracasó. Las causas pueden haber sido las fuertes corrientes
del canal, las mareas y, sobre todo, el escaso consumo. Según Crespi Valls se
perdió todo, hasta la memoria. Muchos no saben hoy de esta actividad
desarrollada en Arroyo Pareja antes de que se plantara el primer pilote del
Puerto Militar.
Para tener una
idea de este curioso episodio de nuestra historia local, transcribo
textualmente la nota que, de su puño y letra, Eugenio Pinzolle elevó al
Congreso. Está fechada el 25 de Julio de 1894, en Buenos Aires, y se dirige a
la Honorable Cámara de Senadores. En ella, está impecablemente expuesta, con
lujo de detalles, la naturaleza del emprendimiento. Acaso el primero que se
desarrolló en nuestro suelo puntaltense.
Primera de las cuatro páginas de la nota de Eugenio Pinzolles.
“Eugenio
Pinzolle y Cía. Ante vuestra Honorable Cámara como mejor corresponde, nos
presentamos exponiendo que considerando la importancia que tienen para todo
país las industrias cuyo objeto es la provisión de alimentos sanos y
económicos, y en vista de que los mariscos forman por sus especiales
condiciones higiénicas la principal alimentación de las personas débiles, hasta
el punto de que en gran consumo en Europa y Estados Unidos hacen de los parques
o criaderos artificiales de ostras y mejillones una importante industria y, por
otra parte, en vista de que nuestra costa accesible carece de criaderos
naturales, ellos son importados desde Río de Janeiro y otros puntos malsanos
del exterior, por cuya razón y a pesar de su pobre calidad, están solo al
alcance de las gentes más acomodadas: hemos resuelto dirigirnos a Vuestra Excelencia
solicitando su apoyo a favor del proyecto que sometemos a su consideración.
Pedimos el derecho de
establecer criaderos artificiales de ostras y mejillones en Bahía Blanca, y
como la propagación de estos mariscos, una vez en cultivo será enorme, estamos
seguros que las crias de los que importaremos se extenderán muy pronto y
formarán grandes criaderos naturales en los parajes adyacentes a nuestro
establecimiento, permitiendo así que otros industriales aprovechen nuestra
iniciativa.
La construcción de diques
subacuos y otras, y el hecho de requerirse tres años para el desarrollo de la
ostra, necesita la inversión de fuertes capitales, siendo esta la razón por la
cual solicitamos se nos acuerde el derecho de modo que otro no pueda hacer uso
para los mismos fines del pequeño radio que se nos señale durante el término que Vuestra
Excelencia juzgue equitativo, y nos comprometemos en cambio, a poner a la
disposición del Superior Gobierno para el consumo de los hospitales, el importe
de diez por ciento de nuestras utilidades en ostras y mejillones, que serán
entregados diariamente durante la estación del consumo.
Llamamos especialmente la atención de Vuestra
Excelencia al hecho de que nuestra industria será nueva en el país, que no
perjudica a terceros y que nada pedimos que importe aprovechar el pescado que
existe sobre la costa. Sólo queremos plantar y criar la mejor clase de ostras y
mejillones para llenar una necesidad sentida, poniendo nuestros productos al
alcance de todos los bolsillos.
Haremos uso para los
fines de nuestra industria de los terrenos bañados que existen debajo de la
línea de las mareas en los bancos de arena y arroyuelos, de manera que se
impida ni dificulte en lo más mínimo la navegación, y nos comprometemos a
trasladar nuestras instalaciones subacuas, siempre que el Superior Gobierno para
fines de utilidad pública necesite del punto que estemos ocupando.
Las anteriores
consideraciones, unidas a la no menos importante de que nuestra nueva industria
contribuirá grandemente en la formación de la población marinera de que carece
nuestro país, son suficientes para ilustrar a Vuestra Excelencia.
Eugenio Pinzolle y Cía”.
Firma autógrafa de Eugenio Pinzolle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario