viernes, 16 de septiembre de 2016

EN EL PRESIDIO DE USHUAIA. EL EX SARGENTO FUNES.

El ex sargento Pablo L. Funes

Recientemente, he escrito un artículo con datos rescatados de antiguas publicaciones. Está relacionado con el asesinato del teniente coronel Carlos A. Mallo, a manos del sargento distinguido Pablo L. Funes, en el Cuartel de Artillería de Costas del Puerto Militar de Bahía Blanca, hoy Base de Infantería de Marina Baterías, en 1900. Hoy reproduzco un bello y conmovedor artículo publicado por la revista Caras y Caretas en marzo de 1909. En el momento de esta nota, faltaba un año para que el presidente Figueroa Alcorta indultara a  Funes , reduciéndole la pena de prisión por tiempo indeterminado a la de prisión por once años, permitiéndole el 1 de agosto de 1911 recuperar su libertad.

1-Una vida ejemplar y laboriosa.

Funes haciendo sus anotaciones meteorológicas.

“El ex sargento distinguido del ejército Pablo L. Funes, condenado a presidio por tiempo indeterminado, condena que le fue impuesta por haber dado muerte a un superior jerárquico, se halla purgando su condena en Ushuaia.
Como recordarán nuestros lectores, el día 11 de mayo de 1900, en las construcciones militares que se hacían en Puerto Belgrano, el sargento Funes dio muerte al comandante Carlos A. Mallo, jefe entonces del Batallón de Artillería de Costas que se hallaba de guarnición en aquel punto.
Entre el jefe y su subordinado existía una viva antipatía suscitada por cuestiones que ni el sumario ni el proceso lograron establecer con claridad. Pero ello fue que de esas antipatías surgió el trágico suceso que ocasionó la muerte del comandante Mallo y la condena del sargento Funes. La opinión pública se manifestó entonces favorable al matador por haberse traslucido que la víctima se conducía arbitrariamente y le daba malos tratamientos.
Actualmente, el ex sargento Funes purga con resignación su terrible condena. Lleva en la cárcel una vida ejemplar y laboriosa.”

2-Tal vez lo indulten para el Centenario.

Funes en la despensa del presidio.

“Esta mañana lo visitamos. Cuando uno de los centinelas le anunció nuestra visita se apresuró a saludarnos lleno de emoción.
Su traje de presidiario marcado profusamente con el número 226, hace un rudo contraste con su fisonomía franca, altiva y serena.
El ex sargento tiene en su rostro un sello de sufrimiento que revela los dolores morales ocasionados por sus nueve años de presidio. Todo en él, desde la voz, el gesto y los ademanes, hasta sus palabras, es triste.
Evoca su vida anterior, recuerda los años que pasara estudiando en el Colegio Nacional de Buenos Aires y llora el drama en que le tocó ser principal protagonista contra sus sentimientos.
En la cárcel todos lo estiman. Es despensero, maestro, escribiente, etcétera. En su celda posee una biblioteca surtida con libros que le envía desde la capital federal su hermana, a la cual recuerda con un cariño fervoroso.
-Si la viera aquí un día, una hora, aunque fuera un minuto.
Funes cubre sus ojos de lágrimas.
-Tal vez lo indulten para el Centenario; no pierda las esperanzas- nos aventuramos a decirle.
Ante estas palabras Funes guarda silencio y después de una pausa nos dice con tristeza:
-Sería justo.”

3-Una cantidad de quehaceres.

Funes manejando el carrito del presidio.

“En el presidio existe una casilla de madera para hacer observaciones meteorológicas que son dirigidas y cuidadosamente anotadas por Funes. La administración del mismo hace elogios laudatorios sobre su conducta.
Durante todo el día el ex sargento se ocupa de una cantidad de quehaceres. Lleva los libros, administra la despensa, educa a los presos, ordena las celdas, hace sus observaciones meteorológicas y se recoge temprano a su celda, donde vive con su inseparable amigo, el gato “Tristeza”. En la celda del sargento Funes, muy limpia y aseada, se destaca a primera vista un retrato de su hermana y una efigie de Cristo.
Funes tiene noticias de un pedido de indulto que va a dirigir el presidente a un millar de personas.
Corresponsal. Ushuaia, marzo de 1909.”
Funes leyendo en su celda.


Fuente: Revista Caras y Caretas Nro 548 del 27 de marzo de 1909  página 78.


4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Muchas gracias. El mérito es haber ubicado el artículo que estaba "perdido" en el tiempo. Me alegro que lo haya encontrado interesante.

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  2. Un placer escucharlo en persona! Un abrazo fraternal desde La Plata =)

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    1. Gracias Jeremías. Tuviste la suerte de estar parado sobre los parapetos de piedra y hormigón que dieron origen a esta historia. Un abrazo desde Punta Alta.

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